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Escritos de Juan (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11

Además si admitimos que el DA no fue un
apóstol, sino un discípulo marginal, incurrimos en
contradicciones. El grupo juánico sería el heredero
del discípulo predilecto del Señor, y por tanto
representaría el cristianismo más puro; la
apostolicidad no sería una de las garantías de la
Iglesia de Cristo. Es contradictorio pensar que Cristo
fundó su Iglesia sobre Pedro y los doce y paralelamente
dio una misión independiente al DA en competencia con los
otros apóstoles.

Concluimos el estudio sobre el autor del cuarto
evangelio afirmando que la tradición universal que
atribuye este evangelio al apóstol Juan, si bien ofrece
dificultades innegables, no se ha visto rebatida definitivamente
por ninguna de ellas, y son más las dificultades que se
presentan al tratar de acudir a cualquier otra
hipótesis.

Hoy día la validez del testimonio
evangélico no depende de la identidad de su autor, con lo
cual quien niegue la paternidad juánica, no está
negando la validez del evangelio. Sin embargo hoy podemos seguir
manteniendo como una opción seria que Juan el
apóstol es, si no el evangelista, al menos el
discípulo amado fundador de la comunidad y el que con su
autoridad garantiza la validez del testimonio contenido en el
cuarto evangelio.

Tema II

Lugar y fecha de
composición

A) LUGAR DE COMPOSICIÓN

La tradición eclesial desde tiempos de Ireneo
señala a Éfeso como lugar de residencia del
apóstol Juan y de la redacción del evangelio (T3,
5a, 5z, 5h, 5q, T7b; Hechos de Juan), o la provincia de Asia en
general (T 1, T6). La afinidad con el Apocalipsis, que
ciertamente fue escrito en esta provincia, refuerza esta misma
opinión. Allí encaja también la
confrontación con los discípulos del Bautista,
porque sabemos que en Éfeso había una comunidad de
discípulos del Bautista (Hch 19,1-7). El paralelismo con
los documentos de Qumrán encajaría también
en este contexto, considerando que dichos paralelismos se dan
también en las cartas a Efesios y Colosenses.

Por otra parte por Ap 2,9 y 3,9 sabemos que la sinagoga
tenía una abierta polémica con la comunidad
judía en la zona de Éfeso, lo cual podría
explicar el contexto de la áspera persecución de
los judíos que sufre la comunidad en la que se escribe el
evangelio.

Otra candidatura ha sido la de Alejandría,
debido a que los papiros más antiguos del evangelio se
encuentran en Egipto, y al influjo que en esta zona
ejercía la filosofía de Filón.
También se ha pensado en Antioquía para
explicar ciertas afinidades que se dan entre el 4Ev. y san
Ignacio de Antioquía, o las semejanzas con las Odas de
Salomón que son una obra siria
contemporánea.

Según Wengst el lugar idóneo habría
sido las regiones meridionales del reino de Agripa II en la zona
del Golán y el área siria colindante. En esta
región en la que había una numerosa colonia
judía de lengua griega, el judaísmo parece que
estaba investido de una cierta autoridad gracias la
proteccionismo del rey Agripa II. En esta región es
probable que se impusiesen pronto los acuerdos rabínicos
de Yavne, con la consiguiente anatematización de los
cristianos.

Nosotros preferimos una tesis intermedia que comprende
las dos. Probablemente la primera ubicación de la
comunidad juánica fue en la zona de Siria, donde pudo
haber sido muy fuerte la persecución por parte de los
judíos reflejada en el evangelio. Quizás debido a
esta misma presión, se puede presuponer que la comunidad
en un determinado momento se trasladó a una región
de gentiles (cf. Jn 7,35) y concretamente a Asia Menor, donde
Juan habría pasado su ancianidad antes de morir. Esto
explicaría sin duda por qué ni los Hechos ni la
carta a los Efesios hacen la más mínima
alusión a la presencia del apóstol Juan en
Éfeso, ya que éste habría llegado a
Éfeso veinte años después de la muerte de
Pablo.

B) CRONOLOGÍA DEL EVANGELIO

Hasta la aparición de los últimos papiros
era común entre los críticos suponer que el
evangelio de Juan había sido escrito a mediados del siglo
II. El papiro 52 que data de la primera mitad del siglo II empuja
la composición del evangelio la las últimas
décadas del siglo I, quizás a los años
80.

El evangelio no posee nada del tono marcadamente
antirromano del Apocalipsis. Los enemigos de la comunidad en la
época de la redacción del evangelio eran más
bien los judíos que los romanos. Esto nos llevaría
a una fecha anterior a la persecución de Domiciano que
tuvo lugar en los comienzos de los años 90.

Tema III

Crítica
literaria

A) SUTURAS EN EL EVANGELIO

¿Fue el evangelio de Juan escrito todo de una
vez? ¿Tuvo varias etapas en su redacción?
¿Incopora varias fuentes previas? Este tipo de preguntas
pertenecen a lo que se llama "crítica literaria". Buscamos
indicios en el propio texto que revelan la existencia de fuentes
previas, o de etapas redaccionales diversas. Entre estos indicios
analizamos los siguientes:

1. Diferencias de estilo

El prólogo tiene otro género
literario, con vocabulario propio:

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El epílogo tiene pequeños detalles de
estilo (28 palabras nuevas, pero muchas relacionadas con la
pesca), algunas peculiaridades gramaticales…

2. Cortes y fallos de continuidad

Aparecen saltos geográficos y
cronológicos:

* La sección 3,31-36 parece ser una
continuación inmediata del discurso de 3,1-21.
Jesús parece continuar el mismo discurso sobre los mismos
temas, y sin embargo entre medias está la sección
3,22-30 que parece interrumpir la hilazón en el discurso
con otra escena diversa protagonizada por Juan el Bautista y sus
discípulos.

* La ordenación de los capítulos 4,5,6 y 7
presenta ciertas incongruencias: Galilea, Judea, Galilea,
Judea.

– En el cap. 5 Jesús está en
Jerusalén, y sin embargo al comienzo del cap. 6 se nos
dice que pasó a la otra orilla del Mar de
Tiberíades.

– Durante todo el capítulo 6 Jesús ha
estado en Galilea, y sin embargo al comienzo del 7 se afirma que
"después de esto Jesús andaba por Galilea y no
podía andar por Judea porque los judíos buscaban
matarle" (7,1).

– Los versos 7,15-24 que se refieren a la estancia de
Jesús en Jerusalén durante la fiesta de los
Tabernáculos, se refieren a la curación de un
paralítico que realizó Jesús en una visita
anterior durante una fiesta innominada (5,1-18), y el discurso de
Jesús parece ser continuación del discurso que
pronunció con motivo de la curación del
paralítico. Si embargo entre dos bloques está por
medio toda la secuencia 6,1-7,14 que parece interrumpir el
discurso.

Algunos piensan que la secuencia quedaría
más ordenada en el siguiente orden: 4, 6, 5 y 7. De este
modo tras una estancia en Galilea (4,43-54 y 6), habría
una ida a Judea 5,1 (escena del paralítico) y una vuelta a
Galilea en el 7,1. Así se explica el difícil verso
7,1 que ahora parece desplazado. Quizás el capítulo
6 haya sido una adición posterior y por ello se ha
insertado en un lugar inadecuado, donde rompe la secuencia
geográfica anterior.

Otro "arreglo", supuesto el anterior, sería
trasladar 7,15-24 a un lugar inmediatamente después del
final de 5 (5,47). De ese modo se junta 7,15-24 con el
capítulo 5 y se entiende mejor la relación con la
del paralítico curado.

La secuencia arreglada sería 6,71 (termina la
estancia en Galilea); 5,1-47 y 7,15-24 (curación del
paralítico; discurso sobre el sábado y controversia
con los judíos sobre la curación del
paralítico); 7,1-13 (Retirada a Galilea); 7,14 (subida a
la fiesta de los Tabernáculos); 7,25ss. (desarrollo de los
Tabernáculos).

* La parábola del buen pastor y la puerta no
encaja bien en su contexto.

Comienza bruscamente sin ninguna transición con
la perícopa anterior, y parece interrumpir el flujo
natural entre el final del 9 y 10,20-21 donde se mantiene el eco
de la curación del ciego de nacimiento. Por otra parte en
la sección siguiente sobre la Fiesta de la
Dedicación se continúa el tema del pastor y las
ovejas que parecía ya terminado antes de la nueva subida
de Jesús a esta fiesta. Parece sugerirse que en un estadio
previo del evangelio la historia ciego en el capítulo 9
era seguida directamente por la fiesta de la Dedicación de
10,22-39, y que sólo en una siguiente edición se
insertó en medio el discurso del pastor de
10,1-21.

* En 14,31 parece acabarse el sermón de la cena,
y luego siguen tres capítulos más, y la partida
hacia el huerto sólo tiene lugar en 18,1.

* Hay una doble conclusión del evangelio en
20,30-31 y 21,25.

* Hay una doble conclusión del ministerio:
10,40-42; 11,53-54.

A propósito de esto, R. Brown nos previene contra
el deseo de reordenar el evangelio según nuestros
criterios en búsqueda de una mejor secuencia.

* Las reordenaciones pueden reflejar el interés
del comentarista y no el del evangelista. En el caso de los
capítulos 5 y 6, aunque una reordenación nos
dé una secuencia cronológica mejor, quizás
el evangelista ha querido tratar seguidos el tema del agua y el
tema del pan de vida, que son los dos temas del
desierto.

* Hay autores que consiguen explicar el evangelio
coherentemente manteniendo el orden actual, con lo cual no es
cierto que el cambio de orden sea algo que se nos impone
necesariamente.

* Las teorías sobre los desplazamientos no nos
explican de una manera verosímil cómo dichos
desplazamientos pudieron tener lugar dentro del texto.

3. Incongruencias

* Los discípulos del Bautista que habían
estado presentes en el testimonio de éste sobre
Jesús (1,29-34) parecen no saber nada sobre Jesús
en 3,26-30.

* En 3,22 y 4,1 se nos dice que Jesús bautizaba,
sin embargo en 4,2 se afirma que Jesús no bautizaba, sino
sus discípulos

* Entre el primero y segundo signo en Caná se nos
dice que Jesús hizo otros signos en Jerusalén,
(2,11; 2,23; 4,54) con lo cual el segundo signo no sería
ya segundo.

* En 7,3-5 los hermanos de Jesús le dicen que
haga signos también en Judea, con lo cual parece
desconocer lo que ya había hecho en Jerusalén
(2,23).

* En la última Cena Pedro pregunta a Jesús
a dónde va (13,36) y sin embargo poco después
Jesús les dice: "Ninguno de vosotros me pregunta a
dónde voy" (16,5).

* Mientras que Jesús ha estado en
Jerusalén todo el capítulo 3, de repente en 3,22 se
dice que se marchó a Judea.

* En varias ocasiones al interior de una misma
perícopa hay un cambio torpe del singular al plural. Esto
podría revelar el uso de materiales diversos que estaban
unos en singular y otros en plural. Por ejemplo en las palabras
de Jesús a Natanael (1,51), o las de la Magdalena a Pedro
diciéndole que el sepulcro está vacío
(20,2).

4. Repeticiones y duplicados

* Curiosamente en cada uno de los dos elementos de cada
duplicado se da una teología diversa que acentúa
distintos aspectos de un mismo tema. En 5,19-27 se da la
versión de una perícopa en clave de
escatología realizada, y en 5,28-30 se da otra
versión en clave de escatología final. En 6,35-50
se nos habla del pan de vida en clave sapiencial, mientras que en
6,51-58, en clave sacramental.

* Hay dos secciones repetidas en el discurso de la
última Cena: 14,1-31 y 16,4-33. Esto podría indicar
que los capítulos 15 y 16 fueron añadidos
después de la conclusión del discurso primitivo, e
hizo falta una segunda conclusión.

B) MODERNAS TEORÍAS SOBRE LA
COMPOSICIÓN

Los datos que hemos expuesto en el apartado anterior nos
invitan a pensar que el evangelio no ha sido escrito de una sola
sentada, sino que tiene una historia de composición que ha
dejado huellas sobre el texto presente. Es posible detectar
algunas suturas, y adivinar algo sobre la prehistoria del texto.
Algunos piensan que todo se debe a las huellas dejadas por el uso
de fuentes escritas independientes, que al ser refundidas en el
evangelio final han dejado marcas reveladoras.

Otros piensan que el evangelio ha pasado por varias
redacciones corregidas y aumentadas, y debido a esto quedan
reliquias de las ediciones anteriores que no han sido bien
integradas en la edición presente.

1. Teoría de los desplazamientos
accidentales

Para responder a las dificultades de la
composición de Juan, la solución más
sencilla es recurrir a la reordenación de algunas partes
del evangelio. El número de reajustes es muy
variado.

La reordenación puede ser puramente gratuita,
como ya hemos dicho y se presta al subjetivismo de los
intérpretes. En absoluto es evidente la razón que
se da para los desplazamientos diciendo que el orden actual no
tiene sentido. Los desplazamientos crean más problemas de
los que resuelve. Sería mejor dedicar todo el esfuerzo
para descubrir secuencias caprichosas, a tratar de comprender el
texto como está. Al menos tenemos la seguridad de estar
comentando un evangelio muy antiguo tal como existió en el
momento de su publicación final.

2. Teoría de las fuentes
múltiples

Bultmann distingue tres fuentes

* La fuente de los signos: fuente en griego que
cubriría los capítulos 1-12 en sus secciones
narrativas.

* La fuente de los Discursos de revelación.
Prólogo y discursos poéticos. En arameo. En su
origen no era cristiana, sino que fue adaptada por un traductor,
adecuándola a la teología cristiana. En sus
comienzos tenía huellas de un gnosticismo primitivo del
estilo del que aparece en las Odas de Salomón.

* El relato de la Pasión y Resurrección,
de origen no sinóptico y relatado en un griego
semitizante.

El evangelista combinó ingeniosamente estas tres
fuentes, haciéndolas vehículo de su propio
pensamiento. Posteriormente se hizo una segunda edición
del evangelio a cargo del redactor eclesiástico que
trató por una parte de recobrar el orden perdido del
evangelio y realizó añadidos para adaptar la obra a
una teología más eclesial y sacramentalista: 3,5 =
alusión al agua; 6,51-58 = lectura del Pan de vida en
clave eucarística; 5,28-29: alusiones a una
escatología final.

Finalmente sería este mismo redactor
eclesiástico el que añadió el epílogo
del capítulo 21.

¿Qué decir sobre la teoría de
Bultmann? La fuente de Discursos ha sido puesta en entredicho por
la mayoría de los exegetas.

Brown pone cuatro objeciones a la teoría de
Bultmann:

· Signos y discursos están
indisolublemente unidos en el evangelio.

· Los discursos incorporan dichos de Jesús
conocidos por la tradición sinóptica.

· Las diferencias estilísticas entre las
distintas fuentes no son verificables.

· En la antigüedad no encontramos paralelos
a ninguna de las fuentes postuladas por Bultmann.

3. Teoría de las redacciones
múltiples

Hay una gran variedad de modelos para estas
teoría. Las más radicales postulan una
revisión fundamental del evangelio en cada edición
y vienen a aproximarse a la teoría de las fuentes
múltiples.

Hay otras menos radicales. Estas son las que preferimos.
Por ejemplo la de Brown en cinco etapas:

a) Materiales tradicionales de dichos y hechos
sobre Jesús semejantes a los que encontramos en el
material sinóptico.

b) Meditaciones sobre esta tradición
realizadas dentro de una escuela de espiritualidad con
personalidad propia. Primero oralmente, hasta que van tomando
cuerpo textos escritos. Hay un predicador principal y otras
discípulos que adoptan todos el mismo estilo. Esta etapa
duró varias décadas. Algunos de los relatos de
milagros se elaboraron como espléndidos dramas, como por
ejemplo el c. 9 de la curación del ciego. Los logia de
Jesús se combinaron hasta formar extensos discursos de
carácter solemne y poético. Es posible que se
formaran otras unidades de este tipo que no han logrado
sobrevivir.

c) Organización de estos materiales en un
evangelio consecutivo a cargo del mismo predicador principal o
evangelista. Lo más probable es que esta primera
edición se hiciese ya en griego y no en arameo. Esta
primera edición tenía ya el mismo plan de la obra
actual, que es perfectamente coherente. No era un simple relato
de signos (Wilkens) ni le faltaba el ministerio de Galilea
(Parker). Esta edición llevó consigo un rearreglo
de los materiales previos, escogiendo entre las diversas
versiones de un mismo discurso que circulaban.

d) Segunda edición del evangelio a cargo
del mismo evangelista, añadiendo nuevos materiales aptos
para responder a nuevos desafíos de la comunidad, como por
ejemplo la expulsión de la sinagoga. No es posible
distinguir siempre entre lo que pertenece a la primera
edición o a la segunda.

e) Redacción final a cargo de otra
persona: el redactor. Este redactor era probablemente un
discípulo de la misma escuela y colaborador del
evangelista. Los materiales que se añaden no son
necesariamente más tardíos; pueden ser de los que
se dejaron de lado en la primera edición. El redactor
final no se sintió autorizado para modificar la estructura
general del evangelio, y por eso los párrafos insertados
por él dejan al descubierto algunas costuras. Algunos de
estos materiales tienen una referencia sacramental y eclesial
más fuerte.

En cambio para la 2ª, 3ª y 4ª etapa
detectamos la tarea de predicadores y escritores que no han sido
testigos presenciales. Los predicadores usan notan escritas, y
cuando predican el mismo sermón muchas veces, esas mismas
notas tienen procesos muy complicados de correcciones y
añadidos, que a lo largo de un período largo,
pueden incluso reflejar los cambios que se van verificando en el
pensamiento y el estilo de un mismo autor. Yo mismo lo puedo
comprobar cuando miro las distintas ediciones de mis apuntes para
charlas y ejercicios.

Es muy posible que los discípulos de Juan,
imbuidos de su espíritu, dirigidos y alentados por el
mismo, predicaran y desarrollaran estos recuerdos. Entre ellos
habría que destacar un discípulo principal que
imprimió el sello de su genio dramático y su
profunda visión teológica. Este discípulo
principal sería el evangelista. Hoy día podemos
constatar en comunidades muy cohesionadas cómo suele haber
un influjo omnipresente del fundador. Cuando uno escucha a hablar
a un miembro de estos grupos cerrados, tiene la impresión
de haber escuchado ya a todos. Son reproducciones
miméticas del estilo y lenguaje propio del fundador. De
este modo podemos ver cómo es posible que un escrito muy
coherente y unitario pueda deberse a la redacción de
distintas personas pertenecientes todos ellos a la misma
escuela.

Podemos seguir hablando del evangelio según san
Juan, aunque éste no le escribiera. Juan no sería
el autor literario (Verfasser), pero si el autor origen
(Urheber). La relación entre los dos fue más
estrecha de la que se dio entre Pedro y Marcos. El hecho de que
Juan viviese tantos años hace que su presencia siguiese
amparando y autentificando toda la obra de su discípulo.
Pero fue por la autoridad de Juan, no por la del evangelista, por
la que el evangelio acabó imponiéndose en toda la
Iglesia universal.

En realidad el autor del evangelio ha utilizado fuentes,
y han podido existir diferentes ediciones de la obra, corregidas
y aumentadas, que han podido dejar suturas e incongruencias en la
redacción final. Pero el autor ha hecho propias todas sus
fuentes y las reelaborado de manera que hoy día es tan
imposible rehacer el proceso como lo sería recomponer el
cerdo a partir de una ristra de salchichas (Streeter).

Cualquier manera de resolver el sentido de un
determinado texto apelando al proceso de redacción
será siempre altamente especulativo, aunque nunca
está de más dejar el signo de interrogación,
sobre esas posible interpretaciones. Dice L.T. Johnson: "El
cuarto evangelio no necesita reconstrucciones. Permanece, como ha
estado durante 2.000 años, como un testigo coherente,
profundo y provocativo, que constituye en sí mismo una
evidencia suficiente de que la comunidad juánica
incluía por lo menos un gran teólogo y
escritor.

Tema IV

La comunidad
juánica

A) HISTORIA DE LA COMUNIDAD JUÁNICA
(según Brown)

Ofreceremos aquí un resumen del itinerario de la
comunidad juánica según R.J. Brown en su libro
La comunidad del discípulo amado. Practica este
autor lo que se ha dado en llamar lectura en relieve del
evangelio, es decir, se supone que al hilo de la historia de
Jesús, lo que en realidad se nos está contando es
la historia de la propia comunidad.

Este método ofrece intuiciones interesantes,
aunque llevado a un extremo puede ser caprichoso y subjetivo, y
puede acabar desmoronando el valor del evangelio como fuente de
información sobre el Jesús
histórico.

Brown no siempre evita ese peligro. Denunciamos sobre
todo la tendencia a presentar a la comunidad con un
carácter marginal y sectario. Pero si evitamos exagerar
esas impostaciones, pensamos que su libro nos ofrece intuiciones
interesantes para comprender el medio en el que florecieron los
escritos juánicos.

1ª Etapa: Grupo originario

El grupo originario de la comunidad juánica (en
adelante CJ) lo constituyen judíos que se acercaron a
Jesús con una cristología baja. Han tenido
relación con el Bautista y otros grupos contestatarios. El
DA sería el discípulo más prominente del
grupo y el referente de la comunidad.

En sus tradiciones aparecen signos y logia de
Jesús semejantes a los de los sinópticos (Jn 6,51 =
Lc 22,19; Jn 3,5 = Mt 18,3). Este grupo originario parece
proceder de un medio bautista y cercano también al
movimiento esenio. Tienen interés en no romper con el
movimiento bautista y resaltar la armonía entre Juan el
Bautista y Jesús en una época en la que ya se
había producido una ruptura. Para ello hacen ver que ya
Juan había anunciado a Jesús como
Mesías.

La relación de este grupo con el Bautista queda
reforzada si identificamos al discípulo innominado de Jn
1,40 con el propio DA. No se le llama "amado" todavía,
porque hasta entonces no había comprendido del todo a
Jesús. Aparecerá como "amado" sólo a la hora
en que Jesús revela su amor hasta el final, a partir del
c. 13.

Las expectativas mesiánicas de este grupo, tal
como aparecen en el c. 1, son las normales entre los
judíos palestinos de la época. Dentro de este grupo
originario hay un discípulo que vivió hasta una
edad muy avanzada, pero que murió antes de redactarse el
epílogo del c. 21.

La pretensión de apoyarse en un testigo ocular
les sirvió para defender sus puntos de vista peculiares
ante las otras iglesias apostólicas, y para corregir los
abusos que surgieron posteriormente en el seno de la
comunidad.

Brown en el libro que resumimos piensa que debió
ser un discípulo cuyo nombre no conocemos, y que no
pertenecía al grupo de los "Doce". Sería luego la
tradición eclesiástica la que lo identificó
con Juan el de Zebedeo, dentro de una tendencia a simplificar los
orígenes cristianos reduciéndolos al marco de los
doce apóstoles.

2ª Etapa: Un grupo nuevo como
catalizador

Posteriormente entró en la comunidad
juánica un grupo que cataliza los desarrollos
cristológicos hacia una cristología más
alta. Brown los identifica con judíos palestinos
antitemplo que trabajaron en la conversión de los
samaritanos. La conversión de estos samaritanos no se
debió al trabajo del primer grupo (4,48) y su
reconocimiento de Jesús como "Salvador del mundo" (4,42)
difiere de las expectativas tradicionales judías de la
época.

La admisión de este grupo atrajo sobre la
comunidad una mayor hostilidad por parte de la sinagoga (8,48).
Por "samaritanos" entendemos, pues, un grupo de judíos de
concepciones peculiares antitemplo, con una cristología no
centrada en un Mesías davídico. Palestina es sin
duda la patria de este movimiento juánico, aunque no
podemos precisar la región donde
floreció.

Este grupo mixto será expulsado de la sinagoga, y
a partir de entonces los cristianos juánicos, aun siendo
judíos de origen, dejan de considerarse como tales y se
referirán a "los judíos" como a un grupo
extraño y hostil, frente al cual se marcan las
diferencias. La ruptura que ha tenido lugar en los tiempos de la
CJ se retroyecta en el evangelio a los tiempos de Jesús de
una manera anacrónica.

En este grupo mixto los términos originales del
grupo base ya resultan insuficientes. Los recién llegados
traen consigo otras categorías nuevas para interpretar a
Jesús que lanzan a la comunidad a una cristología
de arriba abajo y a una cristología de preexistencia. Es
la cristología más alta de todo el NT. De
aquí que la mayor acusación de los judíos
contra la CJ sea la de blasfemia.

La ruptura con la sinagoga lleva al desarrollo de otros
temas teológicos tales como la plenitud de la alianza y la
escatología realizada. Pero estos nuevos desarrollos se
colocan junto con los antiguos, sin acabar de desplazarlos. Hay
una continuidad con la ideología del primer grupo, con
cuyos antiguos planteamientos no se acaba de romper. Esto produce
ese carácter paradójico de afirmaciones
aparentemente contradictorias mantenidas en pasajes paralelos del
evangelio. Existen dobletes de un mismo tema tratado en claves
diversas (cristología alta y baja; individualismo y
comunitarismo; escatología realizada y escatología
final; culto en el Espíritu y culto
sacramental).

3ª Etapa: Entrada de los gentiles

Cuando los cristianos juánicos fueron expulsados
de la sinagoga comenzaron a recibir un buen número de
gentiles en la comunidad. Esta etapa puede coincidir con un
cambio geográfico de la CJ que se traslada a la
diáspora "para enseñar a los griegos" (7,35).
Andrés y Felipe, ambos con nombres griegos se presentan en
el evangelio como los responsables de que se acerquen a
Jesús aquellos griegos que querían conocerlo (cf.
12,20-22).

Una apertura a los gentiles supone más que
añadir al evangelio párrafos explicando
términos hebreos o arameos (cf. 19.13,17; 20,16). Juan
quiso hacer inteligible su evangelio a hombres de otras culturas,
tomando prestados de sus literaturas términos y
símbolos de alcance más universal.

4ª Etapa: Luchas internas
juánicas

Esta etapa corresponde a la época que media entre
la redacción del evangelio y la de las cartas. Para esta
época la comunidad juánica no está asentada
ya en una sola ciudad. Las cartas se escribirán a otras
ciudades distintas de aquella en la que reside el autor. Pero en
una misma ciudad podía haber varias comunidades
domésticas y por supuesto otras iglesias no
juánicas. Quizás el amplio centro metropolitano
podía ser Éfeso con muchas iglesias juánicas
a quienes se dirige la 1 Jn y otras poblaciones de la
región que también cuentan con iglesias
juánicas. A éstas últimas se les
dirigirán también la 2ª y 3ª
carta.

Dentro de la comunidad parece existir un cuerpo de
presbíteros que habrían estado más
próximos al discípulo amado. Entre estos
presbíteros de la comunidad juánica estarían
el evangelista, el redactor final y el autor de las cartas, el
"nosotros" de Jn 21,24 y J Jn 1.1-2.

En la primer carta se nos dice que un grupo se ha
apartado de las filas de la comunidad (1 Jn 2,19). Estos
secesionistas tienen graves errores teológicos y
éticos. En el fondo estos errores no son sino desarrollos
heterodoxos a partir de ideas ya contenidas en el 4Ev. El autor
de las cartas no niega los principales eslóganes de los
secesionistas, porque efectivamente pertenecen a la
tradición juánica, sino que los califica. El autor
tiene que recurrir a corrientes de la antigua tradición
que encuentran poco énfasis en el cuarto evangelio, pero
que son parte del antiguo patrimonio de la comunidad (1 Jn
1,5).

La solución del conflicto la estudiaremos mas
despacio cuando tratemos de las cartas juánicas. De
momento adelantaremos que el conflicto concluyó con un
cisma radical que impulsó a los secesionistas a la
heterodoxia y a la secta, y a los demás los echó en
brazos de las otras iglesias apostólicas con las que
acabarán fundiéndose. Así se
incorporó el tesoro de su tradición peculiar y sus
escritos que hasta entonces habían sido patrimonio
exclusivo de su comunidad. En este trasvase la gran Iglesia
acabaría asimilando la cristología alta, que ya en
pequeñas dosis había ido adquiriendo anteriormente,
y por contra la comunidad juánica acabaría por
admitir el modelo de Iglesia más estructurado que era el
habitual en las Iglesias apostólicas que habían
reforzado el magisterio jerárquico de sus pastores frente
al papel más carismático que seguía
representando el Paráclito en la comunidad
juánica.

B) EL DISCÍPULO AMADO Y PEDRO

Las relaciones que existen entre el discípulo
amado y Pedro pueden estar simbolizando las propias relaciones
que existían entre la CJ y las otras iglesias
apostólicas de lo que pudiéramos llamar la gran
Iglesia.

Probablemente no había ninguna diferencia
étnica notable entre la CJ y las otras iglesias
apostólicas. En una y otras se mezclaban judíos y
gentiles. La CJ reconoce a estas iglesias apostólicas como
fieles sustancialmente al Señor. No han roto la
comunión. Nunca se las critica en el 4Ev., ni se les acusa
de falta de fe.

Sin embargo no deja de haber una continua
emulación entre Pedro (representante de la gran Iglesia) y
el DA. En esta confrontación queda claro cuál es el
verdadero héroe de la CJ. En cinco de los seis pasajes en
los que se le menciona el DA está contrapuesto a
Pedro.

En 13, 23-26 el DA descansa el pecho de Jesús,
mientras que Pedro tiene que hacerle señas para conseguir
una información. En 18, 15-16 el DA puede entrar al patio
del sacerdote, mientras que Pedro no puede entrar sin su ayuda.
En 20, 2-10 el DA llega antes que Pedro al sepulcro, y solamente
se dice de él que creyera o entendiera el significado de
los vestidos en el sepulcro. En 21, 7 el DA es el primero en
reconocer a Jesús en la orilla. De este modo el evangelio
socava el motivo principal de la preeminencia de Pedro que
consistía en haber sido el primer apóstol en haber
visto al Señor. Para el 4Ev. el DA fue el primero en creer
en la resurrección. Si identificamos al DA con el
discípulo innominado del cap. 1, también
cabría al DA el honor de haber sido el primer
discípulo de Jesús, con una precedencia temporal
sobre Pedro que sólo será llamado al día
siguiente.

En 21,23 Pedro pregunta con cierta envidia por el futuro
del DA. En 19,26-27 el contraste no se explicita, pero es bien
obvio: el DA está al pie de la cruz, mientras que Pedro
está lejos. Pedro niega tres veces a Jesús y tiene
que ser rehabilitado por él, mientras que el DA no
necesita rehabilitación.

Al contraponer a su héroe con el más
importante miembro de los Doce, la CJ se está
contraponiendo a sí misma simbólicamente con el
tipo de Iglesias que veneraban a Pedro y que otros llaman "la
gran iglesia. La actitud no es ciertamente de excomunión,
pero sí es algo desfavorable en comparación con la
iglesia juánica.

Cierto que los cristianos apostólicos no han roto
con Jesús. Están presentes en la Cena. No son de
los que le abandonaron en 6,67. Están incluidos en el
grupo a quienes Jesús llama "los suyos" (17, 6.9.20).
También han visto a Jesús resucitado (20,19.24).
Algunos han dado la vida por Jesús (21,29). Sin embargo en
comparación con el DA no se puede decir que hayan
expresado aún plenamente el misterio de la persona de
Jesús.

¿Cuál es la superioridad de los cristianos
juánicos? Su cristología más alta. Los
cristianos de otras iglesias tienen una cristología
razonablemente alta, pero no alcanzan la concepción
juánica de Jesús.

Andrés, Pedro, Felipe, Natanael saben que
Jesús es el Mesías, pero se les dice que han de ver
aún cosas mayores (1,50). Cuando Jesús dice a
Felipe en la cena: "¿Tanto tiempo estoy con vosotros y no
me conoces? (14,19), Felipe no ha entendido aún la unidad
íntima de Jesús con el Padre. Cuando dicen: "Ahora
creemos que has salido de Dios" (16,29), Jesús muestra su
escepticismo afirmando que lo abandonarán.

Juan pone en boca de uno de los apóstoles,
Tomás, la confesión más explícita de
la divinidad de Jesús. De ese modo hace ver cómo la
peculiar cristología alta del evangelio no es sólo
patrimonio de la CJ sino un tesoro de toda la Iglesia
apostólica.

Quizás lo que les falta a los cristianos
apostólicos es una mayor explicitación de la
cristología de preexistencia y de los orígenes de
arriba. De hecho en los otros evangelios hay constancia de una fe
en Jesús como hijo de Dios concebido sin un padre humano,
pero no hay constancia explícita de su preexistencia. Con
todo no hay que exagerar como hace Brown las diferencias de
cristologías. En la carta a los Filipenses hay ya una
clarísima cristología de preexistencia.

También la eclesiología podía
separar a ambas comunidades. Mientras que las otras iglesias
apostólicas refuerzan mucho su continuidad con Pedro y los
doce, el 4Ev. parece relativizar también los ministerios y
oficios eclesiales que se estaban robusteciendo demasiado en las
otras iglesias apostólicas. Frente a una excesiva
jerarquización, el 4Ev. subraya la realidad del amor que
es lo único que cuenta. Incluso la concesión del
oficio de pastor está introducida por la pregunta
condicionante "¿me amas?" El reforzar el magisterio del
Paráclito se opone también a los excesivos
personalismos.

Sin embargo no hay que subrayar excesivamente la
diferenciación entre la CJ y las otras iglesias
apostólicas, hasta el punto de reducir la CJ a una secta.
Pensamos que la obra de Brown sobre la CJ peca un poco de esta
tendencia. Acentúa los contrastes entre DA y Pedro y no da
el debido valor a toda la reverencia que el evangelio muestra
hacia la persona de Pedro, su llamada a ser piedra indicada en el
nombre nuevo que Jesús le da (1,42), el pastoreo que se le
confía (21,15-17), la deferencia que tiene con él
el DA cuando le espera a que llegue para que Pedro entre primero
en la tumba (20,5-6). De Pedro surge la iniciativa de ir a pescar
y los otros, incluido el DA, le acompañan (21,3). Es el
primero en tirarse al agua y llegar donde Jesús (21,7).
Pedro dirige la retirada de la red a tierra (21,11) con todas sus
connotaciones eclesiales. Pedro acabará glorificando a
Dios con un martirio semejante al de Jesús
(21,19).

Se ensalza en el DA su clarividencia para reconocer y
comprender a Jesús, y también se ensalza el amor de
predilección que el Maestro tuvo para con él, pero
el DA aparece claramente subordinado a Pedro, aceptando el
ministerio especial que le ha sido confiado a Pedro con
relación al rebaño de Jesús.

Por otra parte, en el caso de identificar al DA con Juan
el hijo del Zebedeo, sabemos que a Juan y Pedro les unió
una relación muy especial. En los sinópticos, junto
con Santiago, acompañan a Jesús de una manera
privilegiada a lugares donde el resto de los apóstoles no
estuvieron presentes, al Tabor, a la casa de Jairo y al huerto de
los Olivos. En la carta a los Gálatas ambos son designados
como "columnas de la Iglesia" (2,9). [Curiosamente en
Gálatas se trata de Santiago, el hermano de Jesús,
mientras que en los sinópticos el tercero de la terna era
Santiago el hermano de Juan. ¿Habrá aquí una
confusión en la tradición sinóptica que ha
adjudicado a otro Santiago el tercer puesto que ocupaba el
Santiago, hermano de Jesús en la comunidad de
Jerusalén postpascual?].

En los Hechos Pedro y Juan juntos aparecen liderando la
comunidad, curan al paralítico de la Puerta hermosa (Hch
3,3), son llevados juntos al tribunal (Hch 4,13), juntos son
enviados a la misión en Samaría (8,14).
Considerarles como representantes simbólicos de dos
comunidades enfrentadas sería violentar la naturaleza de
los textos bíblicos.

Tema V

Historicidad del
4º Evangelio

Hasta hace treinta años era opinión
común entre los críticos el rechazar la
historicidad del evangelio de Juan por su fecha tardía,
por sus influjos gnósticos y helenísticos y su poco
conocimientos de las costumbres palestinas de la época de
Jesús y de la geografía del lugar y por su falta de
armonización con los datos de los
sinópticos.

Hoy día en cambio se tiende a valorar ciertos
datos históricos del 4Ev. aun por encima de los mismos
sinópticos por las siguientes razones:

*La fechación no puede ser tan
tardía, debido al descubrimiento de papiro Rylands P52 de
Manchester que contiene Jn 18,31-34 7 37-39, el papiro Egerton y
el papiro Bodmer P66. La ausencia de citas de los Padres
apostólicos no es conclusiva pues pueden encontrarse
alusiones en Ignacio de Antioquía, Justino y
Melitón de Sardes.

*Los hallazgos arqueológicos: la piscina
de Betesda, el pozo de Jacob, la piscina de Siloé, la
sinagoga de Cafarnaúm… Todos estos modernos
hallazgos han venido a confirmar algunos de los datos de Juan que
hasta ahora no tenían confirmación
arqueológica.

*Conocimiento de costumbres: samaritanos en
Garizim (4,20), naturaleza de las fiestas y sus ritos
típicos, procesión del agua en la fiesta de los
Tabernáculos (7,37), la ceremonia de la luz (8,12), la
consagración del templo en Hanukká
(10,22).

Jerusalén es la ciudad santa adonde acuden
peregrinaciones e incluso prosélitos (12,10). El templo
aún inacabado, en cuya construcción se han empleado
46 años (2.20), alberga a los mercaderes (2,13-14). En el
templo se nos habla del pórtico de Salomón (10,23)
y el lugar llamado gazofilacio o tesoro (8,20). Galilea cuenta
con un príncipe real (4,46), es despreciada (1,46;
7,41.12) y se inclina al mesianismo revolucionario (6,14-15).
Nazaret es un lugar insignificante (1,46). Hay una profunda
enemistad entre judíos y samaritanos (4,9.40).

Se conocen los ritos purificatorios (2,6; 3,25; 11,55),
el sábado y la circuncisión (5,10; 7,22-23; 9,14),
las solemnidades del entierro (11,38.44; 12,7; 18,31), la
prohibición de no contaminarse entrando en casa de un
pagano (18,29), o de ejercer la pena de muerte (18,31), o de
dejar los cuerpos en la cruz durante la fiesta (19,31). Conoce la
costumbre de que los reos carguen con la cruz (19,17) y de
quebrar las piernas a los crucificados (19,32), la necesidad de
permiso para bajar los cadáveres de la cruz (19,38).
Conoce el miedo que existe de que los romanos puedan venir y
destruir el templo (11,48). La casta de los fariseos aparece con
sus rasgos de formalismo (5,16-18; 7,23; 9,16) y su desprecio por
el pueblo sencillo (7,49; 9.28-29.34).

Las indicaciones topográficas son más
numerosas y precisas que las de los sinópticos: Betania al
otro lado del Jordán (1,28; 3,23). Enón, cerca de
Salín (3,23); Sicar cerca de la heredad de Jacob (4,5-6);
Betania a quince estadios de Jerusalén (11,18);
Efraín cerca del desierto (11,53). Son lugares algunos de
ellos tan poco conocidos que ni siquiera pueden ser localizados
actualmente, y en aquella época sólo eran conocidos
por los vecinos de aquellos lugares. El torrente Cedrón
pasa entre Jerusalén y el monte de los Olivos
(18,1).

Hay otros muchos datos implícitos que en los
sinópticos están desarrollados
explícitamente: el origen nazareno de Jesús (1,45;
6,42; 7,41-52), el bautismo por Juan (1,31-34), el
encarcelamiento del Bautista (3,24), la elección de los
Doce (6,70; 13,18; 15,16; 20,24), la traición de Judas
(6,64; 12,4; 13,2.27.29; 18,2), la institución de la
eucaristía (6,51), el bautismo cristiano (3,5), la tumba
sellada con una piedra (20,1).

*Carácter semita del Evangelio

El lenguaje es tan semitizante que hay quienes opinan
como Burney y Torrey que fue escrito en arameo. Las palabras
semitas que aparecen son más arameas que
hebreas.

· Se dan muchos paralelismos con la literatura
rabínica.

· Se dan paralelos con los escritos de
Qumrán: oposición de luz y tinieblas, amor a los
hermanos, agua y espíritu.

· Hay una referencia continua al AT; 14 citas
explícitas y cientos de alusiones.

· El influjo helenístico, indudable en el
libro, no es una contraindicación para su carácter
palestino si tenemos en cuenta que el helenismo estaba y muy
difundido en Palestina.

*Preferencia de los datos
juánicos

Hoy día en algunos casos se prefieren algunos
datos juánicos que contradicen datos paralelos
sinópticos, como la fecha de la Pascua, la duración
del ministerio, el hecho de que los primeros discípulos
habían estado ya con el Bautista.

Hay una serie de pequeños detalles que contienen
información histórica desconocida en los
sinópticos. Al tratarse de datos intranscendentes,
pensamos que revelan que no son invención del evangelista,
ni tienen carga simbólica. Más bien nos muestran
que por detrás del evangelio hay información de
primera mano:

El nombre de Malco (18,10), el hecho de que la tercera
negación de Pedro la hizo ante una parienta de Malco
(18,26); el que sacó la espada fue Pedro (18,10); la
inscripción de la cruz estaba en tres lenguas (19.20); el
Gólgota estaba cerca de la ciudad (19,20); el sepulcro
estaba junto al Gólgota (19,41); la primera criada era la
portera (18,17); la transfixión y el crurifragio
(19,31-34), el papel jugado por Anás (18,13).

Tema VI

Juan y los
sinópticos

Al comparar Juan con los tres evangelios
sinópticos nos preguntamos si hubo algún tipo de
contacto mutuo, es decir si Juan conoció los textos de los
evangelios sinópticos que hoy tenemos en la mano y si fue
influido de un modo u otro por la lectura de estos
textos.

Para poder contestar a esta pregunta hay que hacer un
estudio detallado de las semejanzas que existen y de las
diferencias y evaluar si el tipo de semejanzas halladas postula
un contacto literario directo. Examinaremos, por tanto, las
semejanzas y divergencias entre los evangelios.

A) CONCORDANCIAS

1. En los datos de información

* El dicho del Bautista de que no es digno de desatar la
sandalia del que viene tras él: Jn 1,27 = Mc 1,7; Mt 3,11;
Lc 3,16).

* Cinco panes y dos peces en la multiplicación
para los 5.000: (Jn 6,9 = Mc 6,38; Mt 14,17; Lc 9,13).

* Doce canastos sobrantes: (Jn 6,13 = Mc 6,43; Mt 14,20;
Lc 9,17).

* Bendito el que viene en el nombre del Señor (Jn
12,13 = Mc 11,9; Mt 21,9; Lc 19,38).

* Anuncio de negaciones y canto del gallo: (Jn 13,38 =
Mc 14,30; Mt 26,34; Lc 22,34).

* E inmediatamente cantó el gallo (Jn 18,27 = Mc
14,72; Mt 26,74; Lc 22,60).

* La pregunta de Pilatos "¿Eres tú el rey
de los judíos" y la respuesta de Jesús: "Tú
lo has dicho" (Jn 18,33-37 = Mc 15,2; Mt 27,11; Lc
23,3).

* El título de la cruz: "Rey de los
judíos" (Jn 19,19 = Mc 15,26; Mt 27,37; Lc
23,28).

* José de Arimatea pidió el cuerpo de
Jesús (Jn 19,38 = Mc 15,43; Mt 27,58; Lc
23,52).

(Más acuerdos entre los cuatro evangelistas en Jn
4,44; 12,1-8. 12-19. 4-17.25; 13,20.36-38; 18,1.2-12. 13-24. 28;
19,16.17-18. 38-42; 20,1-13: ver artículo de R.H. Stein en
bibliografía)

* "No tengáis miedo" dirigido a los
discípulos en la barca por Jesús caminando sobre el
agua (Jn 6,20 = Mc 6,50; Mt 14,27).

* Anuncio de la traición: "En verdad os digo, uno
de vosotros me traicionará" (Jn 13,21; Mc 14,18; Mt
26,21).

* Nombre de Gólgota y la explicación (Jn
19,17 = Mc 15,22; Mt 27,33).

* La burla: "Salve, rey de los judíos" (Jn 19,3 =
Mc 15,18; Mt 27,29).

* La frase: A los pobres los tendréis siempre con
vosotros… Esta unción es un preparativo para mi entierro
(Jn 12,8.7 = Mc 14,7-8; Mt 26,11-12).

* Espíritu viene sobre Jesús: Mt
3,11 y Lc 3,16 Mc 1,8.

* Mención de los fragmentos que sobraron: Mt
14,20 y Lc 9,17 Mc 6,43.

* Palabras de la confesión de Pedro: Mt 3,16 y Lc
3,22 Mc 1,10.

* Reprensión a Pedro por sacar la espada: Mt
26,52 y Lc 22,51 Mc 14,47.

* El gallo canta una vez: Mt 14,13 y Lc 9,11 Mc
6,33.

* el dato de que la tumba de Jesús era nueva: Mt
27,60 y Lc 23,53 Mc 15,46.

2. En el contenido

Juan comparte los siguientes materiales con los
sinópticos:

Actividad de Juan el Bautista: 1,19-34

Purificación del templo: 2,13-16

Curación del hijo de un funcionario:
4,46-54

Multiplicación de los panes: 6,1-13

Jesús camina sobre las aguas: 6,16-21

La confesión de Pedro: 6,67-71

La unción de Betania: 12,1-12

La entrada en Jerusalén: 12,12-19

La última cena: 13

El anuncio de la traición: 13,21-30

La predicción de las negaciones de Pedro:
13,36-38

Hay múltiples contactos en la historia de la
pasión: traición y prendimiento, intentona de
resistencia por parte de Pedro, proceso ante el sumo sacerdote,
negaciones de Pedro, proceso ante Pilato, opción del
pueblo por Barrabás, crucifixión, reparto de los
vestidos, título de la cruz, sepultura, la tumba
vacía…

Juan presenta sólo tres milagros de los 29 que
hay en los sinópticos: la curación del hijo del
funcionario, la multiplicación de los panes y el camino de
Jesús sobre las aguas. Añade cuatro milagros
más que no aparecen en los sinópticos: bodas de
Caná (2,1-11), piscina de Betesda (5,1-9), ciego de
nacimiento (9,17) y resurrección de Lázaro
(11,1-44).

Además en el apéndice hay un relato de
pesca milagrosa en paralelo con Lucas, pero en un encuadre
totalmente diferente..

3. En los logia

2,19: Destruid este templo y en tres días lo
reconstruiré (cf. Mc 14,58 y paralelos.).

3,3: Nadie puede ver el Reino de Dios si no nace de
nuevo (cf. Mt. 18,).

3,35: El Padre ama al Hijo y lo ha puesto todo en sus
manos (cf., Mt 11,27).

4,44: Un profeta no encuentra honor en su propia patria
(Mc 6,4).

5,25: Quien no honra al Hijo, no honra al Padre que lo
ha enviado (cf. Lc 10,16).

12,25: Quien ama su vida la pierde, y quien odia su vida
en este mundo, la conservará para la vida eterna (Mc
8,35).

13,16: No es el siervo mayor que su amo (cf. Mt
10,24).

13,20: Quien acoge al que yo envíe me acoge a
mí, y el que me acoge a mí, acoge al que me ha
enviado (Mt, 10,40).

15,7: Pedid lo que queráis y se os dará
(cf. Mc 11,24 y par).

16,32: Llega la hora en que os dispersaréis cada
uno por vuestro lado y me dejaréis solo (cf. Mc
14,27).

18,11: El cáliz que me ha dado mi Padre,
¿no lo voy a beber? (cf. Mc 14,27).

20,23: A quienes perdonéis los pecados, les
quedan perdonados (Mt 18,18).

4. En detalles de información y estilo

En ocasiones las semejanzas pueden afectar incluso a
pequeños detalles.

1,32: Bajada del espíritu "en forma de paloma"
(cf. Mc 1,10).

5,8: Levántate, toma tu camilla… (cf. Mc
2,11).

6,7.13: Doscientos denarios de pan (cf. Mc
6,37.43).

6,10: Había hierba en aquel lugar. Comieron 5.000
(cf. Mc 6,39).

9,6: Uso de la saliva en la curación de un ciego
(cf. Mc 7,33).

11: Conocimiento de Marta y María (cf. Lc
10,38,39).

12: La unción de Betania en Juan tiene paralelos
puntuales con la pecadora de Lc 7,36-50).

12,3: Perfume de nardo de mucho precio (cf. Mc
14,3).

13,2: Entra el diablo en Judas (cf. Lc 22,3).

14,22: Referencia a Judas Tadeo como "Judas, no el
Iscariote" (Lc 6,16).

14,31: Levantaos, vámonos de aquí (cf. Mc
14,42).

18,10: Hirió al siervo del sumo sacerdote y le
cortó una oreja (cf. Mc 14,65).

18,13: Referencia al sumo sacerdote Anás (Lc
3,2).

18,17: Al momento cantó un gallo (cf. Mc
14,72).

18,18: Pedro se calentaba (cf. Mc 14,54).

19,2: La corona de espinas y el manto (cf. Mc
15,17-18).

19,17: Referencia a la palabra hebrea "Gólgota"
(cf. Mc 15,20,22).

19,29: La esponja llena de vinagre (Mc
15.36).

19,38: José de Arimatea pidió a Pilato el
cuerpo de Jesús (cf. Mc 15,43).

Lucas es el único sinóptico que hace
entrever que Jesús viajó varias veces a
Jerusalén (Lc 10,38; 13,34). Lucas y Juan se interesan
ambos por Samaria y los samaritanos (Lc 9,52; 10,29-37; 17,11;
Hch 1,8). Ambos prolongan el relato de la cena con discursos. En
ambos la flagelación en anterior a la condena y pretende
despertar la compasión de la turba. En los dos falta el
juicio nocturno ante Caifás. En los dos hay tres
declaraciones de inocencia por parte de Pilato. En ambos
evangelios las apariciones de Jesús están centradas
en Jerusalén y no en Galilea…

B) DIVERGENCIAS

1. En la estructura del evangelio

· El relato de Juan tiene más discursos
que los sinópticos

· Jesús habla en un estilo literario
distinto al del Jesús de los sinópticos, y por el
contrario, el Bautista y el narrador hablan igual que
Jesús.

· Los relatos juánicos están
más trabados unos con otros formando una unidad, porque
unos pasajes remiten a otros: 4,45 a 2,23; 4,46 a 2,2-22; 7,50 a
3,1-12; 12,42 a 9,22; 18,14 a 11,49; 13,33 a 7,33.36 y 8,21;
15,20 a 13,16).

· El cuadro topográfico es diverso. En los
sinópticos hay un solo viaje a Jerusalén, mientras
que en Juan hay tres: 2,13; 5,1; 7,19. Jesús pasa la mayor
parte de su ministerio público en Judea, mientras que en
los sinópticos reside en Galilea.

· El cuadro cronológico es también
diverso. En el relato sinóptico Jesús habría
celebrado la Pascua una sola vez, mientras que en Juan celebra
tres Pascuas, con lo que su actividad pública dura al
menos dos años y medio. En los sinópticos tras la
entrada a Jerusalén Jesús permanece en ella
sólo una semana, mientras que en el 4Ev. Jesús pasa
en Jerusalén y su comarca al menos los seis últimos
meses de su vida. En los sinópticos Jesús muere el
15 de Nisán; en el 4Ev. muere el 14 de Nisán. En
Marcos a la hora sexta Jesús es crucificado mientras que
en el 4Ev. es a la hora sexta cuando Pilato dicta sentencia
(19,14).

2. En las informaciones concretas

Aun en aquellos pasajes paralelos existen datos
difíciles de concordar.

* La expulsión de los mercaderes en Jn tiene
lugar al principio del ministerio, mientras que en los
sinópticos tiene lugar el Domingo de Ramos, poco antes de
morir Jesús.

* La presencia del discípulo amado al pie de la
cruz contradice el testimonio de que todos los discípulos
abandonaron al maestro (Mc 14,50).

* En el 4Ev. la cohorte romana está ya presente a
la hora del prendimiento de Jesús, mientras que en los
sinópticos el prendimiento lo realiza la guardia del
templo (Jn 18,3 Mc 14,43).

* En el 4Ev. no aparece la figura del Cirineo, sino que
es Jesús quien carga con la cruz (Jn 19,17 Mc
15,21).

* En el 4Ev. el encuentro de Jesús con
Andrés y los primeros discípulos tiene lugar no a
orillas del lago, sino en el Jordán, pues estos eran
discípulos del Bautista (Jn 1,35-42 Mc
1,16-20).

* En los sinópticos Jesús después
del bautismo en el Jordán va al desierto para ser tentado.
En cambio en Jn va directamente del Jordán a Galilea (Jn
1,43).

* En los sinópticos el ministerio de Jesús
comienza cuando el Bautista ha sido ya arrestado por Herodes
Antipas (Lc 3,20), mientras que en Juan, los dos ejercen
simultáneamente su ministerio durante algún tiempo
(Jn 3,22).

3. En las omisiones

Extrañan mucho algunas omisiones de textos
sinópticos importantes. No hay infancia de Jesús,
no se describe la transfiguración, ni la
institución de la Eucaristía. Otros temas
sinópticos están tan cambiados como veremos
inmediatamente, que son casi irreconocibles: las predicciones de
la pasión, la agonía…

4. En la teología

* Mientras que en los sinópticos el tema
fundamental de la predicación de Jesús es el Reino,
en el 4Ev. es la autorrevelación del Hijo eterno de Dios:
su persona, su preexistencia, su relación con el Padre. En
los sinópticos el Yo de Jesús no constituye el
centro de los discursos, como en Jn.

* En los sinópticos, sobre todo en Marcos, la
mesianidad de Jesús se va revelando poco a poco y
está envuelta en misterio. En el 4Ev. se manifiesta a los
creyentes desde el principio.

* En los sinópticos aparecen una multitud de
preceptos morales, en el 4Ev., aunque se exhorta a la guarda de
los mandamientos, no se menciona ninguna obligación moral
concreta, sino el amor fraterno en general.

* En los sinópticos las controversias con los
rabinos versan sobre la interpretación de la Ley, en el
4Ev. la única cuestión es la fe o la
incredulidad.

* En el 4Ev. los milagros son signos de la gloria divina
de Jesús más que manifestaciones de su misericordia
hacia las miserias humanas.

* El amor de Jesús hacia los pecadores, si se
exceptúa el pasaje de la adúltera que no es
juánico, no aparece en el 4Ev.

C) PARALELOS SUTILES CON LOS
SINÓPTICOS

Veremos en esa sección algunos pasajes paralelos,
en los que el paralelismo no es tan obvio.

1. Las tres predicciones de la Pasión

En los sinópticos, sobre todo en Marcos y Lucas,
las tres predicciones de la pasión constituyen el
armazón teologal sobre el que se construye el tema de la
"subida a Jerusalén". Sin duda formaban parte de un
antiguo esquema de catequesis evangélica antes de su
incorporación al evangelio de Marcos. En el 4Ev.
reaparecen estas predicciones, pero en lenguaje
típicamente juánico, lenguaje de
exaltación

Mc 8,31 Mc 9,30 Mc 10,32-34

Jn 3,14 Jn 8,28 Jn 12,32.34

¡Qué distinta la expresión de las
predicciones en uno y otro evangelio! Frente a la crudeza
descriptiva de los sufrimientos anticipados en Marcos, Juan
predica la muerte como exaltación. El tema de la
exaltación estaba ya incluido en el cuarto poema del
siervo (Is 52,3 LXX) y será utilizado por la
teología cristiana a propósito de la
ascensión (Flp 2,9-10). Pero Juan lo adelanta a la misma
muerte de Jesús.

2. La agonía de Jesús

Juan no ha contado la oración del Huerto que
traen los evangelios sinópticos. Sin embargo no
está totalmente ausente, pues muchos de sus elementos
están desperdigados en distintos lugares del evangelio del
4Ev.

La escena de Getsemaní es de indudable valor
histórico. Difícilmente pudo haberla inventado la
Iglesia. En Lucas hay un solo acto en el drama. Jesús va
una vez a orar, vuelve y se encuentra a los discípulos
dormidos. En Mt y Mc hay tres actos, aunque sólo Mateo ha
explicitado la segunda vez la oración de Jesús en
una progresión de abandono, y la tercera ida y vuelta de
Jesús (Mc menciona sólo la tercera vuelta sin la
ida).

Quizás la versión lucana en un acto sea la
más original, y el triplicado sea un recurso literario. Ya
conocemos otros triplicados: triple negación de Pedro,
triple tentación, triple predicción de la
pasión… en cualquier caso hay huellas de que el
texto de la oración del Huerto ha sido
elaborado.

En Lucas sólo hay una fase de separación
de Jesús de sus discípulos, mientras que en MM hay
dos fases. Primero se aparta del grupo llevando consigo a tres, y
luego se aparta de esos tres. Una vez más la
versión simple es la de Lucas. En cualquier caso los
discípulos estaban dormidos y no pudieron oír las
palabras de Jesús, porque estaban lejos. El contenido de
la oración es una elaboración
teológica.

En Juan no hay escena de la agonía del Huerto,
aunque si se menciona la ida de Jesús a un huerto al otro
lado del torrente Cedrón. Pero sí hay elementos de
esta escena diseminados a lo largo del evangelio, sobre todo en
el capítulo 12:

· Mi alma está triste hasta la muerte: Mc
14,34 / Mi alma está turbada: Jn 12,27

· Esta es vuestra hora: Lc 22,53 / Ha llegado la
hora: Jn 12,23

· Pase de mí esta hora: Mc 14,35 /
Sálvame de esta hora: Jn 12,27

· Hágase tu voluntad Mc 14.36 / Glorifica
tu nombre: 12,27

· Envío del ángel : Lc 22,43 / Voz
del cielo que algunos piensan que es un ángel: Jn
12,28-30

· Levantaos, vamos, viene el que me traiciona: Mc
14,42 / Levantaos, vamos, viene el Príncipe de este
mundo:

Jn 14,30-31

· Pase de mí este cáliz: Mt 26,39;
/ El cáliz de mi Padre, ¿no lo voy a beber? Jn
18,11.

Por otra parte, inmediatamente después de la
cena, Juan nos habla de una larga oración de Jesús
durante todo el capítulo 17. El contenido de la
oración, en lenguaje juánico, podría ser un
trasunto de la oración sinóptica.

¿Cuál de las dos versiones es más
primitiva? Hay quienes piensan que la escena sinóptica es
una elaboración a base diversas oraciones en la vida
pública de Jesús en lucha continua contra
Satanás. La escena del jardín sería una
composición literaria como la de las tentaciones al
comienzo del evangelio.

3. El proceso de Caifás

La redacción de los distintos procesos de
Jesús resulta muy difícil de concordar. Benoit
adelanta la siguiente concordancia:

1.- Atestado nocturno no oficial (Jn).

2.- Por la mañana verdadero juicio ante
Caifás (Lc), pero con el contenido de MM en el juicio
nocturno.

La tradición sinóptica muestra
señales de desarrollos, en la falta de uniformidad entre
MM y Lc. No coinciden ni en la hora, ni en la presencia de
testigos, ni en la alusión al templo. En MM hay una sola
pregunta del sumo sacerdotal y una única respuesta de
Jesús. En Lucas, dos preguntas y dos respuestas. Lucas
omite el rasgado de las vestiduras y el cargo de blasfemia. Las
burlas que en MM siguen al juicio, en Lucas lo
preceden.

Aunque Juan no narra este juicio oficial ante el
sanhedrín, sino sólo el atestado nocturno en casa
de Anás, encontramos sin embargo elementos del juicio
dispersos por el evangelio. La acusación sobre la
destrucción del templo (Jn 2,19) se basa en una
afirmación auténtica de Jesús. La primera
pregunta del sacerdote (en la versión de Lucas) la trae
Juan en la fiesta de la Dedicación: "Si eres el
Mesías, dínoslo claramente", a lo que Jesús
contesta: "Os lo he dicho y no me creéis" (Jn
20,24).

La segunda pregunta de Lc 22,70, que en MM da pie a la
acusación de blasfemia, recurre en Jn 10,33: "Decís
que blasfemo porque he dicho que soy Hijo de Dios".

En Jn 11,47-53 tenemos un juicio ante Caifás en
el que se pasa la sentencia de muerte. La diferencia con la
tradición sinóptica es que en este juicio
Jesús no está presente. En cuanto a la
afirmación sobre el Hijo del Hombre sentado y viniendo
sobre las nubes (Mc 14, 62) encuentra un ligero parecido en el
logion a Natanael (1,51).

4. Las tentaciones

En el 4Ev. las tentaciones de Jesús están
dispersas en los caps. 6 y 7. Claro está que en Juan las
tentaciones nos las pone directamente Satanás, sino a
través de mediaciones.

La primera tentación de Mateo la encontramos en
la petición del pan. La misma muchedumbre que se
sació de los panes pide más pan (6,34).
Jesús exhorta a interesarse más por el pan que no
perece, que en el v. 45 se identifica con la palabra de Dios.
También en la tentación mateana se oponía el
pan material a toda palabra que sale de la boca de Dios (Mt
4,4).

En Jn 7,1-4 los hermanos de Jesús le piden que
realice signos en Judea: "Muéstrate al mundo". Es la
segunda tentación de Mateo que pide signos aparatosos en
Jerusalén (Mt 4,6).

En 6,15 la muchedumbre quiere hacer rey a Jesús y
éste rehusa y huye al monte solo. Fácilmente
podemos ver la relación con la tercera tentación
mateana (Mt 4,9).

Probablemente la escena sinóptica (procedente de
Q) tiene mucho de composición dramática para situar
en un viñeta al principio del evangelio todas las
tradiciones sobre la realidad de Jesús a lo largo de su
vida.

5. La confesión de Pedro

En el relato sinóptico esta confesión de
Pedro se sitúa inmediatamente después de la segunda
multiplicación de MM. La secuencia total es asombrosamente
parecida.

Multiplicación Jn 6,1-15 Mc 6,31-34

Camino sobre el mar 16-24 45-54

Petición de signo 25-34 8,11-13 tras la segunda
multiplicación.

Discurso sobre el pan 35-59 14-21

Confesión de Pedro 68-69 27-30

Negación 70-71 31-33

La escena de la confesión comienza en un momento
de crisis, con la constatación de la incredulidad y el
abandono de algunos discípulos (Jn 6,64 = Mc 8,28), y una
pregunta comprometedora para los discípulos (Jn 6,67 = Mc
8,29). En ambos evangelistas Pedro responde en nombre de todos
(Jn 6,69 = Mc 8,29). El cambio de nombre que Mateo trae en este
momento, Juan lo ha contado ya al principio del evangelio (Jn
1,42).

D) CONTACTOS LITERARIOS
JUAN-SINÓPTICOS

Sobre el problema de los posibles contactos literarios
entre Juan y los sinópticos se han dado diferentes
respuestas; antes de la segunda guerra había un consenso
en que Juan había usado uno o más de los
sinópticos. Más tarde a mediados del siglo XX
surgió un nuevo consenso de que Juan no había
conocido ningún evangelio sinóptico. Sigue siendo
el punto de vista mayoritario, aunque algunos han vuelto a
postular algún contacto.

1. Juan completa los sinópticos

Juan habría conocido el texto de los
sinópticos y habría trata do completar lo que los
otros no habían escrito. Juan habría pretendido,
según distintos autores, completar, rectificar o suplantar
a los otros. Hoy esta hipótesis está completamente
abandonada.

2. Juan depende de los sinópticos

Juan habría conocido la tradición
sinóptica y la utiliza en todos los materiales comunes.
Esta hipótesis tiene dos variantes, según que se
postule un contacto literario entre Juan y los evangelios
actuales, o entre Juan y las fuentes subyacentes a los
sinópticos.

Barrett afirma la dependencia respecto a Marcos.
Boismard la afirma respecto a Lucas. Neyrink defiende que el 4Ev.
conoció los tres sinópticos. De hecho algunas veces
concuerda con uno contra los otros dos. Con todo, nunca se piensa
que Juan haya usado los sinópticos de un modo semejante al
modo como Mateo y Lucas usaron Marcos. El 4Ev. debió usar
un proto-Mateo o un proto-Lucas, o las fuentes escritas
utilizadas por ellos, o las fuentes orales En cualquier caso no
hizo un uso significativo de estas fuentes.

3. No hay ninguna dependencia directa entre uno y
otros

Constatamos que las diferencias son más agudas
que las semejanzas. Si admitimos las dependencias habría
que atribuir los cambios de Juan a una voluntad deliberada de
alterar los textos, o al hecho de que no los había
comprendido.

En general Juan tiende a concordar más con Marcos
y Lucas que con Mateo, pero de manera sistemática Juan no
concuerda con ninguno de los tres. El evangelista toma los
materiales para componer sus relatos de una tradición
independiente, similar, pero no idéntica, a las
tradiciones representadas en los sinópticos.

Con esto no queremos negar que a lo largo de las
distintas etapas de elaboración del 4Ev. no se dieran
algunas influencias cruzadas de las tradiciones
sinópticas. Por más replegada sobre sí misma
que estuviese la CJ no pudo vivir totalmente aislada de las otras
iglesias cristianas y tendría un cierto conocimiento de
las otras tradiciones evangélicas.

Un ejemplo de estos contactos puede estar en esos
paralelos menores que reseñábamos anteriormente.
Reseñábamos allí algunos paralelos con
Marcos y con Lucas. Con Mateo hay muchos menos contactos.
Quizás el aerolito juánico (Mt 11,25-30) que se
deslizó en Mateo, y algunos materiales referentes a Pedro
(Jn 1,41-42; 6,68-69; 21,15-17).

Estos paralelos no llevan en absoluto a una tesis tan
exagerada como la de Boismard que pretende que Lucas fue el
redactor final del cuarto evangelio. Bastaría con suponer
que la tradición independiente que subyace a Juan
tenía rasgos comunes con las fuentes peculiares de
Lucas.

Siguiendo a Brown y a Dodd, en estos apuntes asumiremos
la independencia de Juan respecto a los sinópticos y sus
fuentes, y la existencia de una tradición histórica
independiente que se remite últimamente a testimonios
procedentes de testigos oculares diversos de aquellos que
respaldan la tradición sinóptica.

Tema VII

El judaísmo de
Juan

A) SUPUESTAS INFLUENCIAS DE JUAN

Estudiaremos a continuación el trasfondo cultural
del 4Ev. ¿Dentro de qué mundo espiritual surge? Se
han dado fundamentalmente tres respuestas:

1. El Gnosticismo

Destacados defensores de esta teoría han sido
Bauer y Bultmann. Una parte de la dificultad que plantean
está en la misma imprecisión del término
gnóstico que se suele usar con significados muy
diversos.

En ningún caso podría el 4Ev. ambientarse
en el gnosticismo clásico que conocemos a través de
los comentarios hostiles de los Padres, porque esta
filosofía pertenece al siglo II, cuando el evangelio ya
estaba escrito. A lo sumo habría que hablar de un medio
pregnóstico, un pre-gnosticismo judío.

El descubrimiento en 1947 en la localidad egipcia de
Chenoboskion en una serie de manuscritos coptos del siglo II nos
presenta un ambiente cultural en el cual Juan estaría
totalmente fuera de lugar (Evangelio de Tomás, Evangelio
de la verdad).

Según Bultmann, los Discursos de
Revelación que serían una de las fuentes utilizadas
en el evangelio, pertenecían a un autor gnóstico;
luego fueron cristianizadas por el evangelista. Bultmann desanda
el camino y pretende reconstruir la fuente gnóstica tal
como sonaría antes de su cristianización.
Habría en ella un cierto dualismo, el mito de un redentor,
un camino de salvación concebido como gnosis. Bultmann
pretendía haber encontrado trazas de este gnosticismo en
las Odas de Salomón y en los escritos mandeos, una secta
bautista que aún pervive en Mesopotamia.

Aunque puede ser que esta secta haya tenido sus
orígenes en Palestina en el siglo I, sin embargo el
gnosticismo más que un antecedente del cristianismo, es un
fenómeno surgido en el seno del cristianismo. Los
elementos que configuran el gnosticismo no se conjuntaron antes
de la era cristiana.

La hipótesis gnóstica resulta hoy por hoy
frágil e innecesaria en muchos aspectos, ya que podemos
encontrar otro humus vital mucho más apropiado para el
evangelio de Juan como es el judaísmo palestino del siglo
I.

2. El Pensamiento helenístico

No es improbable que el evangelista, siendo un
judío palestino, estuviese familiarizado con el
pensamiento griego del platonismo filosófico, tal como se
nos muestra en el judío Filón de Alejandría.
Por supuesto existen paralelos entre Filón y Juan, porque
ambos parten del AT, pero a la vez resultan muy distantes, porque
no aparece en el 4Ev. la abrumadora matización
filosófica de Filón. Si Filón nunca hubiese
existido, el 4Ev. no hubiera sido distinto de lo que
es.

Hay que tener en cuenta que el helenismo había
penetrado profundamente el mundo palestino ya en época de
Jesucristo. Toda la literatura intertestamentaria, así
como la literatura de Qumrán, está fuertemente
teñida de helenismo. Este helenismo ambiental de Palestina
ha influido sin duda en el vocabulario y las ideas de Juan, como
ya había influido anteriormente en las ideas y el
vocabulario del propio Jesús.

3. El Judaísmo palestinense

Las citas del AT (19 citas explícitas), pero
sobre todo las continuas alusiones insinuadas a personajes y
realidades del AT nos dan un trasfondo netamente judío
para el 4Ev. Juan muestra un gran interés en presentar a
Jesús como el Mesías prometido en la Escritura
(1,45; 5,39.46; 7,42; 12, 13.15).

Son notables las semejanzas con el judaísmo
rabínico ortodoxo y con los heterodoxos de Qumrán y
otros movimientos bautistas, sobre todo los dualismos:
luz-tinieblas, verdad-mentira, espíritu-carne. En cambio
no aparece en Qumrán el dualismo juánico entre vida
y muerte o abajo y arriba. En conjunto hay estrechos puntos de
contacto entre el 4Ev. y Qumrán, pero es difícil
probar un préstamo directo de ideas qumránicas.
Basta decir que ambos nacen en un humus cultural y espiritual
semejante.

B) DESTINATARIOS DEL CUARTO EVANGELIO

1. Apologética frente a los partidarios del
Bautista

Es claro el contraste desfavorable que el evangelio
establece entre Jesús y el Bautista, que probablemente
refleja un medio de la época del evangelista. Nuestros
datos relativos a los partidarios del Bautista son muy
escasos.

En Hch 18,5-19,7 se nos habla de unos discípulos
del Bautista afincados en Éfeso. Según esto el
movimiento bautista no sólo seguiría vivo en los
años cincuenta, sino que incluso había desbordado
el solar palestino y se había establecido también
en la diáspora. Las Recognitiones pseudoclementinas del
siglo III critican también las pretensiones de estos
discípulos del Bautista que predicaban que su maestro y no
Jesús había sido el verdadero
Mesías.

Es muy verosímil sospechar que algunas de las
negativas del 4Ev. sobre el Bautista, pretendían refutar
algunas pretensiones de sus partidarios acerca de su maestro. "No
era él la luz" (1,8-9); Jesús existía antes
que él y era mayor (1,30); Juan no era el Mesías
(1,20; 3,28); Juan no realizó ningún milagro
(10,41). Los bautismos de Jesús no se situaban en el mismo
nivel que los de Juan (4,2). Juan tenía que menguar en
presencia de Jesús (3,30).

Sin embargo el 4Ev. respeta la figura del Bautista.
¿Quizás el DA había sido su discípulo
antes de conocer a Jesús? Juan fue un enviado de Dios
(1,6), para dar a conocer a Israel la presencia de Jesús
(1,31; 3,29). Fue uno de los más importantes testigos de
Jesús, equiparable a las Escrituras y los milagros (5,31;
40). Era una lámpara que ardía y brillaba (5,35).
No era el novio, pero sí el amigo del novio
(3,29).

2. Controversia con los judíos

Los pasajes dedicados a los judíos tienen en el
4Ev. un tono polémico y en ocasiones la polémica
reviste una gran aspereza (8.44-47.54-55). El término
los judíos aparece en el evangelio unas setenta
veces en contraste con las cinco o seis de los sinópticos.
Salvo unas pocas excepciones el término tiene un
carácter peyorativo. Su acepción no es
étnica, sino ideológica.

Para algunos comentaristas los judíos son en el
4Ev. las autoridades religiosas, sobre todo las de
Jerusalén, que se muestran hostiles a Jesús.
Encarnan una estructura de pecado y de resistencia a la gracia.
Algunos incluso piensan que las traducciones modernas
deberían traducir el término por "autoridades
judías" para evitar así dar una impresión de
antisemitismo.

Para otros el término "judíos" se refiere
a los "judíos de Judea", es decir los habitantes de Judea,
en cuanto opuestos a los judíos de Galilea. Se trata de
una referencia geográfica y no sería aplicable a
todo el pueblo judío en general.

Lo que es claro que Jesús, el evangelista y
muchos miembros de la comunidad juánica son
étnicamente judíos, y sin embargo no pertenecen al
grupo de "los judíos", con lo cual es claro que este
nombre no designa un grupo étnico. Los padres del ciego,
judíos ellos, temían a "los judíos" (9,29).
El paralítico de Betesda, judío él, fue a
informar "a los judíos" (5,15).

En Juan han desaparecido muchos de los grupos
judíos más importantes: herodianos, saduceos,
zelotes, publicanos. En realidad la destrucción del templo
ha nivelado al judaísmo. Sólo sobrevivieron los
fariseos. Los rabinos de la época de Jesús son los
descendientes de los fariseos. Israel, en cambio, sigue siendo un
término favorable para el evangelista
(1,31.47).

Los primeros cristianos formaban a los ojos de los
judíos como una secta más del judaísmo, a
quien llamaban los nazarenos. Aunque en ocasiones fueran llevados
a la cárcel o perseguidos, pero en general se les
permitía asistir a la sinagoga y al Templo junto con los
miembros de las otras sectas. A finales de los 50 todavía
sabemos que los nazarenos iban al templo y ofrecían
sacrificios allí (Hch 21,18s.). Pero después de la
destrucción del templo, hacia los años 80 se
produjo la excomunión de los nazarenos del seno del
judaísmo. Para evitar su participación
litúrgica en la sinagoga, a la oración de las
Dieciocho Bendiciones se le agregó una
más, la número doce contra los herejes, llamada
Birkat haMinim. De esa manera si los cristianos
judíos querían seguir asistiendo a la sinagoga se
verían obligados a pronunciar una maldición contra
sí mismos.

Cuando los cristianos de Juan hablan de los
judíos sin más precisiones se refieren a la
institución judía que estaba excomulgando a los
cristianos. Según el 4Ev. la institución
judía ha perdido su razón de ser, porque es un
judaísmo fallido. Han abandonado al Dios vivo y has dejado
de ser Israel. Cuando admitieron por rey al César para
librarse de Jesús (19,15) contradijeron los valores
más profundos del judaísmo (Jc 8,23; 1 S 8,7; Is
26,13).

Los judíos tienen su ideología grupal:
pertenecen al pueblo de los patriarcas (8,37; 4,12); son los
depositarios de la ley (19,7; 18,31; 5,39; 7,51-52). Tienen las
Escrituras que son para ellos fuente de vida (5,39). Les
pertenecen el shabbat y la circuncisión (7,22-23; 5,18;
9,14). Saben que Dios les habla a través de Moisés
(9,29). Conocen cómo será el Mesías
(7,25-31; 12,34). Tienen sus ordenaciones y criterios concretos
(7,51-52; 8,13-19; 11,47-50).

Pues bien, la comunidad juánica va a ir negando
una por una estas pretensiones judías, porque no han sido
capaces de captar su alcance cristológico. No escuchan a
Moisés (5,46-47), no captan el sentido de las Escrituras
(5,39-40), ni conocen el significado de Abrahán (8,56-58),
ni han entendido las profecías mesiánicas sobre
Jesús (2,19-22; 12,15-16). Apelan a la Ley como
manifestación de la voluntad de Dios y olvidan que la
voluntad de Dios es ante todo creer en Jesús (6,29-40). El
que cree en Jesús cumple la Ley. Los judíos no son
de Dios (8,47), tienen otro padre que es el diablo (8,44), son de
este mundo (8,23).

El 4Ev. no pretende convertir a estos judíos que
considera irrecuperables, pero se dirige a los judeocristianos
que estaban atravesando en esos momentos una crisis muy fuerte.
Probablemente se trata de judeocristianos que viven e la
Diáspora y se ven amenazados con la expulsión de la
sinagoga. Tienen que optar entre sus exigencias de fe en
Jesús y su deseo natural de no abandonar el
judaísmo. Juan menciona tres veces la expulsión de
la sinagoga (8,11; 12,42; 16,2).

Pero, ¿qué le puede importar al ciego que
le expulsen de la sinagoga de los ciegos, cuando él ya ha
recuperado la luz? De ahí que el evangelio de Juan se
esfuerce continuamente por mostrar a estos judeocristianos que en
Jesús conservan todo lo que hay de válido en el
AT.

3. Controversia con los herejes cristianos

Una tradición del siglo II afirma que el
evangelio se escribió contra Cerinto, un hereje de Asia
Menor con tendencias gnósticas. Cerinto habría
separado a Jesús de Nazaret, hijo de José, del
Cristo que era un eón celeste que descendió sobre
Jesús desde el bautismo hasta su muerte. Estas ideas se
refutan efectivamente en las cartas de Juan, pero en el evangelio
no se tratan.

Otro hereje contra quien se escribió el evangelio
pudo haber sido Ebión que atacaba a los cristianos que
habían abandonado las prácticas judías. Esto
no ha llegado a demostrarse.

Se ha sugerido también que el 4Ev. ataca el
docetismo. Sin negar que exista una motivación
antidocetista, sin embargo no tiene especial relieve. Para Brown
no queda claro en absoluto que el evangelio se haya escrito con
la finalidad de refutar a herejes cristianos.

4. Aliento a los cristianos judíos o
griegos

En 7,35 se afirma irónicamente que Jesús
se va a ir a la Diáspora a predicar a los griegos. El
ministerio llega a su culmen en 12,20-21 con los griegos que se
acercan a Jesús antes de la Pascua. Los samaritanos
proclaman a Jesús salvador del mundo (4,32) y se describen
como campo maduro para la cosecha (4,35). En 10,16 Jesús
habla de otras ovejas que no son de ese aprisco, y estas palabras
se refieren a la conversión de los gentiles, pues
Jesús murió no sólo por la nación
judía, sino para recoger a los hijos de Dios dispersos
(11,52). Quizás las burlas romanas a Jesús
tratándolo como rey signifiquen en el contexto de la
ironía juánica una anticipación del
día en que los romanos creerán en Jesús como
rey.

Pero más que paganos o judíos en concreto,
el evangelio se dirige a todos: a todo hombre (1,9). Jesús
es el cordero que quita el pecado del mundo. Elevado en la cruz
atrae hacia sí a todos los hombres (12,32).

La intencionalidad última del evangelio es
confirmar a los creyentes en la fe, ya se trate de judíos
o de paganos. No está orientado a la conversión de
los incrédulos, sino al apoyo de las crisis de la Iglesia
creyente.

C) REFERENCIAS BÍBLICAS DE JUAN

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11
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